grados 11B 11D y 11E tiene la siguiente guía.
COLEGIO AGUSTINIANO CIUDAD SALITRE
AREA DE CIENCIAS SOCIALES
EVALUACIÓN PARCIAL I BIMESTRE -GRADO ONCE 2018
LOGRO: Reconozco
las bases históricas del modelo político y económico que se origino en la
globalización mundial.
DOCENTES: Lic. David A. Ochoa
M.
NOMBRE Y APELLIDOS:
_______________________________________________ Curso: _____
Buenos Días
jóvenes. Antes de empezar a resolver las preguntas, lean atentamente cada una
de ellas y analicen muy bien. Respondan la evaluación en esfero sin tachones,
con buena letra, sin enmendaduras y sin corrector, la deben contestar toda y
con la información solicitada, porque no se acepta una evaluación mal
presentada. Así que ánimo.
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1. Completa el cuadro de la consumismo y consumo
responsable donde se refleje los principales elementos que componen estos
fenómenos sociales, es indispensable que los términos sean extraídos de la
lectura los teléfonos inteligentes vienen con los días contados de Édier
Alexánder Buitrago* para EL TIEMPO, Redactor de la revista ‘Expeditio’, de Utadeo, en
cada cuadro debes ubicar tres conceptos, ideas o expresiones.
Términos
Ámbitos
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Desarrollo social del consumismo.
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La cultura del consumidor.
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Impacto en la sostenibilidad.
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identidad nacional en la obsolescencia
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Estrategia de mercadeo
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Ámbito personal
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Ámbito de la sociedad
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Los productos
están hechos para que tengan una vida más corta. Esta premisa, que se ha ido
imponiendo con las décadas, inquieta a Mateo Sánchez, abogado y profesor del
Departamento de Ciencias Jurídicas de Utadeo, quien se ha dedicado a estudiar
el motivo por el cual cada día consumimos y desechamos más productos, a mayor
velocidad. Vale decir que la estrategia que tienen algunas empresas de reducir
la vida útil de las cosas es conocida como obsolescencia programada. Esta, que
consiste en ponerle un límite temporal al normal funcionamiento del producto
(ya sea volviéndolo más lento o haciéndolo inservible con el paso de los años),
se ha convertido en una práctica común en compañías de tecnología. Para la
muestra, según datos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en
Colombia se desechan más de 250.000 toneladas de residuos electrónicos al año
de productos que dejan de usarse. Esta cifra equivale a un promedio de 5,3 kg
de basura electrónica por colombiano, mientras que el promedio mundial está en
7 kg, de acuerdo con la Unesco. De esta manera, y ante la necesidad cada vez
más frecuente que ha tenido Mateo Sánchez de cambiar y desechar su celular o
computador, a este abogado le surgen varias preguntas: ¿hasta qué punto pueden
las empresas determinar la vida que tienen los objetos que crean? ¿Constituye
esto una violación a los derechos del consumidor? ¿Debería regularse? En la
búsqueda de respuestas, Sánchez y los también profesores de Utadeo José Yezid
Rodríguez, Andrés Felipe Suárez, Lizeth Ospina, Óscar Vargas y Lina Camacho se
sumaron para llevar a cabo un proyecto de investigación que indaga por el
estado del arte de la obsolescencia en Colombia. El trabajo, que se desarrolla
en estos momentos, plantea una relación entre la jurisprudencia, la cultura y
el medioambiente, entendiendo la obsolescencia como un proceso socialmente
construido y culturalmente practicado que afecta diversos ámbitos de la vida
cotidiana y, cómo no, de la naturaleza. En esta primera etapa, en la que
cuentan con el apoyo de Laura Montaña, María Cecilia López y Diana Carolina
Rosas, los investigadores tienen la labor de identificar lo que se ha dicho
hasta el momento y ver de qué manera se viene abordando el problema. Para ello, buscan en publicaciones
científicas, en documentos legales y en fallos judiciales, la relación que
existe entre la obsolescencia y la sostenibilidad ambiental, la cultura del
consumo y la idea de la costumbre, una de las principales fuentes del derecho. El
trabajo, que apenas empieza, ya ha arrojado algunos resultados. Por ejemplo,
los investigadores encontraron que el tiempo de vida de un celular inteligente
es de un par de años, aunque no se diga en el empaque. A medida que nuevos
modelos salen al mercado, y que la tecnología se desarrolla, los equipos viejos
se vuelven lentos y obsoletos. Entre las prácticas de las que se echa mano para
que esto ocurra están las actualizaciones, que generan cambios en el software
del equipo y lo saturan con el tiempo; la memoria limitada de los celulares,
que los vuelve cada vez más lentos, y la incorporación de piezas que vienen con
defectos de fabricación y fallan al cabo de los años. Un hecho que confirma
esto fue el reconocimiento público que en diciembre hizo la firma Apple
–productora de los teléfonos iPhone– sobre la voluntaria ralentización que hace
de estos equipos, vía actualizaciones de software, para prolongar la duración
de las baterías de ion de litio, cuyo rendimiento disminuye con el tiempo.
Contaminantes a granel
Pero más allá
del proceso de elaboración, un tema que preocupa a Andrés Suárez –quien ha
dedicado gran parte de su vida académica al tratamiento de las aguas– es la
contaminación que genera la mala disposición de las basuras electrónicas: “Las
pantallas táctiles están hechas con tintas que contienen metales y las baterías
están hechas con litio, que tienen una alta cantidad de metales pesados. Una
vez nos aburrimos de los celulares, los botamos a la basura y de ahí llegan a
un relleno sanitario. Con las lluvias, los aparatos empiezan a desprender los
metales, que se filtran por la tierra hasta llegar a las aguas subterráneas y
de ahí, a los ríos y mares”. Aunque la respuesta más lógica sería producir
piezas electrónicas con una mayor duración, para investigadores de la
Universidad Técnica de Delft (los Países Bajos), crear piezas que perduren más
en el tiempo no necesariamente significa disminuir su impacto en el
medioambiente. “Con el tiempo –aseguran– las nuevas versiones de los productos
vendrán con tecnologías más eficientes, y el impacto ambiental de aquellas con
una vida de uso más larga será mayor que la de los productos que tengan un
sistema de remplazo más sostenible”, dice el experto.
La inevitabilidad de la obsolescencia
Pese a todo,
parece que la obsolescencia llegó para quedarse. Según el profesor José
Rodríguez, esta práctica ya hace parte de la cultura y estamos acostumbrados a
la idea de comprar un nuevo producto en lugar de repararlo. Así como existen
técnicas para hacer que un objeto se vaya degradando con el tiempo, el constante
bombardeo publicitario frente al que nos encontramos cumple una labor de
degradación u obsolescencia simbólica, al crear la idea en las personas de que
los productos nuevos son mejores y que es necesario un cambio frecuente de los
aparatos. Un estudio publicado el año pasado por Herald Wieser, de la
Universidad de Mánchester, y Nina Tröger, de la Cámara de Trabajo de Viena,
encontró que el promedio de uso de un teléfono móvil es inferior al de un par
de jeans, e incluso, de una camisa. Mientras el tiempo de vida de un celular
está en aproximadamente 2,7 años, según el estudio, el de los pantalones llega
a tres. “Los resultados de la investigación varían significativamente con
respecto a la edad de los encuestados. Es interesante que una gran cantidad de jóvenes
están satisfechos con la vida útil de los productos, en comparación con la
gente mayor”, dice el estudio. Por esta razón, aunque el consumo parezca una
idea individual, y que cada uno toma la decisión de cuándo comprar, cambiar y
desechar, la obsolescencia se ha venido convirtiendo en un comportamiento
social, aceptado y deseable, que promueve el consumo desenfrenado. Pero por ser
un problema ético y que afecta al medioambiente, ¿no debería prohibirse? La
investigación de los profesores, que está en curso, pretende generar un avance
en el conocimiento científico de este tema y resolver muchos interrogantes,
entre ellos, una respuesta desde el derecho. De momento, una solución a la
máquina de producir, consumir y desechar puede ser la sostenibilidad, que
consiste en mantener el equilibrio entre los seres humanos y el entorno que nos
rodea. Y para ello, se requiere de un compromiso con el uso y la disposición
racional de la tecnología. Nos pretenden vender un producto que aunque se viste
de verde no es amigable con el ambiente colombiano, le están haciendo creer a
la gente que si acepta este producto contribuye a cuidar el entorno del país del lastre de la corrupción y otras endemias que nos
aquejan. Pues no, no podemos de la noche a la mañana comprar productos que nos
pintan de verde, disque amigables con el ambiente, pero a este fenómeno de
apariencia se le conoce como consumismo verde o etiqueta verde. La cuestión
consiste en saber qué y para qué consumimos, como quien dice, se trata de tener
una idea clara de cuáles son nuestras necesidades reales y como podremos
cubrirlas de la mejor manera, que parte de la premisa de que al momento de
elegir de manera informada y decidida, podamos influir positivamente en el
mejor estar de los colombianos. Significa que a partir de nuestro ejercicio
individual nos será posible como dijimos, tener mejor vida para nuestro pueblo,
logrando productos macro en lo social y
la seguridad en general. Sepamos a quién le entregamos nuestro voto, no sea
que por emotividad y no por reflexión, después tengamos que lamentarnos
2.
Elabora una recta de
tiempo donde aparezca lugar, fecha y protagonista, que permita visualizar el
avance que ha tenido el gobierno y la economía, desde el inicio de nosotros
como sociedad estructurada desde el orden social, económico y político, toma en
cuenta los diferentes hitos: edad antigua 3, medioevo 4, edad moderna 5,
contemporánea 4. El número que acompaña es él de elementos que debes realizar
en cada división.
3. Esta actividad busca reflexionar sobre el derroche de recursos asociado
a nuestros hábitos de consumo. La idea es facilitar a los estudiantes que recuerde en los envoltorios, de diferentes productos
nuevos comprados, tales como, por ejemplo, una caja de perfume, una de
celular o de algún otro producto electrónico. identificando cada uno de los
materiales que acompañan al producto (bolsitas de plástico, bandejitas de icopor o cartón corrugado, etc.), responda las siguientes preguntas: a) ¿Cuáles
de esos elementos volvemos a utilizar, una vez extraído el producto de su
envase? b) ¿Cuál es el origen de cada uno de los materiales? ¿Cómo se producen?
¿Cuál es su vida útil? c) qué es la
obsolescencia programada en esos productos.
4. Como se vincula el proyecto de vida individual del estudiante, a la
solución de la problemática social, económica, ecológica, política que genera
el consumismo y su impacto.
social
|
económica
|
ecológica
|
política
|
5. Colorea y asígnale texto al esquema de las tres R R R , y del consumismo, para generar
conciencia en la población del colegio, a modo de campaña de conciencia,
realízala pensando en generar impacto!!!!!
6. Contesta la siguiente pregunta a modo de ensayo pero con el énfasis de editorial
de periódico, que sirva de guía para otros. “el consumismo
es un verdadero paraíso para aquellos cuya salario está muy lejano de la
escases?
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